viernes, 8 de febrero de 2008

¿Qué hacer con la rúa de San Pedro?

San Pedro es una de las calles más transitadas de la capital gallega, ya que es un paso entre la zona digamos periférica como es Fontiñas, y la zona centro como es la Almendra. Se calcula que pasan cada día más de 6.000 vehículos, entra grandes y pequeños, incluidos los autobuses urbanos. A mayores debemos contar con el paso de miles de cientos de personas y con el tráfico de peregrinos que le confiere ser la entrada del camino francés, lo que suma el paso de bicicletas.

La calle fue reurbanizada hace años y desde luego no quedó bien, y no quedó bien precisamente porque el paso de las bicicletas (peregrinos) se realiza de forma contraria al tráfico de vehículos, porque pasan miles de vehículos por una superficie adoquinada que pasa factura a los amortiguadores, porque los vecinos no tienen sitio donde dejar sus automóviles, y porque apenas las aceras son suficientemente anchas como para que 2 personas se puedan cruzar sin tener que invadir la calzada. Resumiendo, la calle no está bien para ninguna de las modalidades en las que podemos atravesarla.

Ahora parece que al menos se abre un debate antes de meter las máquinas a trabajar. Se estudia la total o parcial peatonalización de la calle, una propuesta que divide a los vecinos, ya que unos apuestan por permitir el tránsito de vehículos y otros por suprimirlo.

En mi modesta opinión, la rúa San Pedro no tiene capacidad para albergar todo lo que tiene actualmente. Puntos en los que hay que trabajar:
  • Debemos recordar que es la puerta de entrada de los peregrinos al centro histórico y se debe cuidar su estética, y los coches aparcados no ayudan a embellecer la calle. En este sentido construir en el extremo del parque de Belvís un parking exclusivo para los residentes de la zona podría ser la solución.
  • Está claro que no se puede anchear la calle ni construir una paralela para eliminar el tráfico, ya que para ello habría que derribar bastantes casas, por lo que la solución podría estar en algo muy caro pero al menos definitivo, en construir un paso inferior de apenas 2 metros y medio para el paso de los turismos, y dejar la superficie peatonalizada, sin distinción entre acera y calzada, y permitiendo únicamente el paso de los autobuses urbanos y camiones pequeños de reparto para los locales de la zona.
Cabe añadir que la construcción de un paso inferior no resultaría tan cara, ya que sería de un ancho justo para pasar los vehículos y de poca profundidad, la suficiente para enterrar el tráfico; el túnel de Galuresa va a costar poco más de 30 millones de euros y es mucho más complejo, ancho y profundo, y ya Conde Roa en la elecciones municipales propuso un túnel mucho más complicado, desde Plaza de Galicia hasta Porta do Camiño. La antigua remodelación de la calle ya superó el gasto del millón de euros. Además un ancho tan pequeño no afectaría a los cimientos de las casas circundantes, y en su entrada (Porta do Camiño) y salida (rúa do Concheiros) sí hay ancho suficiente para poder construir los accesos al paso.

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